No sé a vosotros, pero a mi la ropa me trae de cabeza. Odio el proceso: Lavar, Tender, Planchar, Doblar, Guardar... me encantaría que una vez me quitase la ropa directamente estuviera colocada por arte de magia en su sitio. Según mi marido, ese milagro se llama empleada del hogar... pero sinceramente tampoco me gusta que me ordene nadie mi armar...
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