Entrar en una habitación con alguna de las piezas únicas de Valentín Loellmann e imaginarnos a Dalí, recostado en su famosísimo ‘Sofá de Labios de Mae West’ (1936-1937) señalándola con su bastón y exclamando SU-RRREA-LISSSS-MO, es todo uno.
Porque los trabajos de Loellman tienen, en el 2012, todas las características de la fa...
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